Cuando el lunes por la tarde me enteré de que tenía un tumor del tamaño de una aceituna en la órbita del ojo me pegué el susto de mi vida. En realidad el susto de mi muerte. Por suerte, aclaro antes que nada, parece que mi tumor no es maligno, es decir, ni se infiltra en órganos ni patea ancianas, ni pelea con súperman ni vota al PRO. Simplemente está ahí, apretando y asustando: una “formación ocupante” de 36 mm x 18mm a la que he bautizado como “Almendra”, pero que, lentamente y luego de contrastar los datos con la realidad, he decidido bautizarla “Aceituna”.
Aunque todavía no hemos decidido (hablo de mí en plural) el nombre, ya me refiero al tumor como “La aceituna que tengo entre ceja y ceja”; “Oliva”, “Olivia”, “Tumi”, “Almendra” y “Piedrín”, este último el preferido de los niños.
No puedo negar que tengo un miedo que me caigo (Plop), pero no por ello evitaré bromear al respecto y contar las andanzas y las situaciones graciosas que se producen cuando uno comienza a imaginar su muerte. Esto no quiere decir que me vaya a morir pronto ni mucho menos, pero lo cierto es que estos últimos días pensé más en eso que en tener sexo. (Sólo Albert Camus pensaba más en la muerte que en tener sexo) En fin, esta es una forma de sobreponerme a los pensamientos que me dan miedo y es una forma de seguir haciendo lo que más me gusta: hacer reír.
Aclaro que no busco que sea un blog de reflexión o contención de familiares de pacientes oncológicos, tampoco me interesa generar debates. Simplemente mi objetivo es contar las miles de cosas tan divertidas como truculentas que a uno se le ocurren cuando tiene una piedra en la cabeza.
De verdad creo que esta historia terminará bien, con un final feliz. Pero igual me gustaría registrar las sensaciones, pensamientos y sentimientos que me gobernarán estos días. De esto se trata “Tengo tu Humor”, leelo sin miedo y disfrutalo.
Adjunto una de mis primeras fotos con “Aceituna”
